jueves, 25 de septiembre de 2008

Eugenia Martínez de Irujo lleva por primera vez a Gonzalo Miró a una celebración familiar



LA HIJA DE LA DUQUESA DE ALBA, QUE COINCIDIÓ CON SU MADRE Y HERMANOS, ACUDIÓ ACOMPAÑADA Y MUY ELEGANTE A LA BODA DE SU PRIMO EN JEREZ DE LA FRONTERA. ENTRE OTROS INVITADOS RAFAEL MEDINA Y SU NOVIA LAURA VECINO ASÍ COMO DOS DE LAS HIJAS DE BERTÍN OSBORNE, CLAUDIA Y EUGENIA.


El pasado sábado Jerez de la Frontera se convirtió en el escenario de excepción para que se celebrara el enlace matrimonial entre Javier Martínez de Irujo e Inés Domecq en el Convento de Santo Domingo. Numerosos curiosos esperaban expectantes la llegada de los invitados, la mayoría de ellos pertenecientes a la Casa de Alba. Era un acontecimiento muy importante para la familia ya que se casaba el primer nieto de la duquesa de Alba. La novia también pertenece a una familia de la alta sociedad andaluza. Es hija del conocido jinete Humberto Domecq Ybarra, y Mª Jesús Fernández Govantes, que para el enlace de su hija llevaba puesto un elegante vestido de Roberto Díaz. Por su parte, la abuela materna del novio, Carmen de la Cuadra, llegó acompañada de Ana María Bohórquez Escribano.

La boda comenzaba a las seis de la tarde. Minutos antes llegaba el novio, con un clásico chaqué de la firma Scalper. Lo hizo cogido del brazo de su madre y madrina María de Hohenlohe, guapísima con un vestido en tonos malvas del diseñador Lorenzo Caprile. Junto a ellos vino posteriormente el padre del novio, Alfonso Martínez de Irujo, Duque de Aliaga y segundo de los hijos de la Duquesa de Alba. En torno a las seis y media llegaba la novia, muy nerviosa, con un precioso traje de Manuel Mota para Pronovias. En la cabeza llevaba un tocado de flores e iba maquillada por Sergio Corbacho. Junto a ella cuatro pequeños ejercieron, a la perfección, de pajes. Se trataba de los sobrinos de la pareja: Cayetana Rivera Martínez de Irujo, hija de Francisco y Eugenia; Luis y Amina, hijos de Cayetano y Genoveva; y .Sol Domecq.

La ceremonia, que comenzó con media hora de retraso, estuvo oficiada por el sacerdote amigo de la familia Ignacio Jiménez Sánchez Dalp. La Casa de Alba estuvo representada casi al completo. Los únicos ausentes fueron Cayetano Martínez de Irujo, que tenía un importante evento hípico en Barcelona, y Fernando Martínez de Irujo, que no acudió por motivos personales.

La duquesa de Alba llegó en sillita de ruedas con un vestido en tonos verdes y rosas de los diseñadores Vitorio & Luchino. Tras ella llegó su hijo Jacobo junto a su mujer Inka Martí, elegante con un sencillo vestido rojo. Junto a ellos también Jacobo y Brianda, los hijos que el Conde de Siruela tuvo en su primer matrimonio con María Eugenia Fernández de Castro. A ellos le siguieron el resto de los hijos de la duquesa, Carlos Fitz-James Stuart, sin Alicia Koplowitch, y Eugenia Martínez de Irujo. Fue sin duda la que más revuelo causó ya que llegó junto a su actual pareja Gonzalo Miró. Aunque mucho se ha hablado de la crisis continua por la que pasa su relación, ambos dejaron claro que lo suyo va muy bien. La duquesa de Montoro lució un diseño de Diane von Furstenberg, con flores y animales en negro. Es la primera vez que Eugenia lleva a su chico a una celebración familiar, a pesar de que siempre se ha comentado que no es muy bien visto en la familia. A Eugenia se la veía feliz y muy enamorada de su chico.

Entre los invitados tampoco faltó uno de los grandes amigos de la pareja, Rafael Medina, que llegó junto a su novia Laura Vecino. Las dos hijas menores de Bertín Osborne, Claudia y Eugenia, tampoco se perdieron el enlace. Ana Gamazo de Abelló, tía del novio, llegó acompañada por Hubertus de Hohenlohe y su pareja, Simona. Después de dos años de relación, los novios se dieron el sí quiero, para posteriormente trasladarse junto al resto de invitados hasta el Cortijo Martelilla Santa Isabel, donde se celebró el banquete hasta bien entrada la noche. La cena estuvo servida por Alfonso Catering, aunque la decoración corrió a cargo de la tía de la novia, Mercedes del Río González-Gordon, con ocho carpas octogonales y un diseño inspirado en el campo jerezano. La ambientación musical, muy flamenca por deseo de los novios, corrió a cargo de varios grupos jerezanos.

Manuel Rodríguez

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